Divertimentos, el
espectáculo, es una invitación al juego con el cuerpo, un ir y venir
de los sentidos y del movimiento en el que el actor armado de todos los útiles
que conoce nos estimula a conectarnos con el niño que somos y a rescatar las
estrategias y herramientas diarias que usa este para aprender.
En Divertimentos
se juega y explora con el cuerpo mientras se recorre el espacio. Se juega a las
sugerencias, y de ello resulta una forma de confesión que a su vez es una
especie de viaje - sin principio ni fin
– como un cuento que se repite a sí mismo en ramificaciones que terminan
generando facetas diferentes del narrador y lo narrado.
El
juego es danza de la mente haciéndose una con el cuerpo, reparándose ambos en
la armonía y la unidad indefinibles, esas que se pierden en el laberinto de
tópicos y lugares comunes que vamos adquiriendo con nuestro andar por la vida,
cuando esta busca definirnos a base de
persistentes condicionamientos e imposibles.
Interiorizando
el movimiento y vivenciando las trayectorias, se da rienda suelta a la
imaginación, se desdoblan los actores, desfilan los sentimientos, se arma ese
trozo de vida que se agita libre y espontáneo ante el espectador. Las nuevas
estructuras de la danza soportan las historias, emociones y personajes que
emergen de improviso y mutan siguiendo sus propios designios.
Y los
actores se apropian de las claves caleidoscópicas mediante los raros instantes
en los que el jugar permite la auto observación, y observar forma parte de la
improvisación sin entorpecer la creatividad, buscando atravesar el ojo del
espectador retado en su propio juego de interioridades, a hacerse sus propias
confesiones.
Divertimentos es una
muestra de cómo el estímulo de una canción deviene en inspirador juguete con el
que jugar un apasionante juego: el juego con el cuerpo.
El juego no diferencia entre
enseñanza y espectáculo, entre mostrar y aprender, para que el diálogo se
expanda a todas las dimensiones de lo sensible y así, partiendo de los caracteres persistentes de
las canciones que modelan la danza, estas sean redimensionadas por los actores
y los espectadores, cómplices en la existencia del hecho escénico que ellos
mismos reestructuran.
Y el lenguaje de los géneros
y estilos se entremezclan en el aquí y ahora aprovechando la prioridad del goce, del carácter festivo y el divertimento
que no excluyen ilustración ni absurdo, ni los brotes esperpénticos o
surrealistas, donde la mímica casa con lo abstracto, y lo cubista se pixela en
el paisaje naturalista del cuerpo expresivo. Cada puesta en escena es un
lagarto que muta sobre un cuadro de Van Gog.
Las estructuras literarias
de los temas musicales sugieren, no imponen sus pautas, y los actores asumen
sus guías para ir hacia historias que ellos mismos desconocen, aproximándose a resultados
que se burlan de sus preferencias y búsqueda de perfección formal.
Divertimentos
asume el ritmo vertiginoso de los animados y filmes infantiles, que
caracterizan el espectáculo de los mas media de hoy, propios de una frenética
sociedad cuyos rasgos no se dejan atrapar por los tradicionales ismos, y en la
que la neurosis parece ser solo el telón que esconde su propia,
paradójica, y definitiva cura.
Divertimentos, el
Taller
Divertimentos,
además de espectáculo es un Taller para todas las edades y tiene como objetivo
dirigir la atención hacia la importancia del movimiento del cuerpo como
vehículo de expresión necesario al ser humano y como parte indispensable de la
práctica educativa.